El Oráculo más famoso del mundo, el "Libro de las Mutaciones" o I Ching, no era la única forma de averiguación del futuro antiguamente empleada en China. Además de los ministros del culto oficial, siempre existieron adivinos populares, los auténticos chamanes, que se conocían con el nombre de wu y eran expertos en la interpretación de los sueños, en deducir presagios del vuelo de las aves o de los insectos, en el dominio de la escritura automática y en la interrogación a los espíritus de los antepasados sobre enfermedades, matrimonios, cosechas u otras cuestiones de interés cotidiano. Estos personajes siempre fueron perseguidos por las autoridades, pero han sobrevivido a los innumerables cambios de régimen y de ideologías que han convulsionado China en el transcurso de los milenios.



La Imagen de los Opuestos.

El concepto fundamental que guía la adivinación china es el "Taigitu", vocablo que se puede traducir como "la imagen de los extremos". El Taigitu se representa gráficamente con la esfera del yin-yang, las dos fuerzas fundamentales del universo, que se atraen y se repelen, dando así origen a todas las cosas. Este proceso productivo se considera continuo, pero está relacionado con precisos ciclos cósmicos que pueden observarse en el mundo terrenal, por ejemplo en las estaciones o en la vida misma humana: un nacer y morir sin fin en el curso del cual todo cambia de forma en cuanto alcanza su propia y extrema expresión. Cada individuo es un pequeño Taigitu, porque contiene en sí mismo una parte yin y una yang; pero la perfecta armonía entre ambas sólo puede alcanzarse gracias al ch´i  personal, que es energía vital y, a la vez, conocimiento de la realidad y consciencia del Cosmos.


La Práctica Adivinatoria.

Entre las técnicas mántricas populares practicadas en China, tan antiguas como el mundo, hay una que merece citarse por su semejanza con la cartomancia occidental. El adivino se sienta ante el altar de los antepasados o de las divinidades familiares y agita un recipiente que contiene numerosos bastoncillos con ideogramas grabados. Cuando un bastoncillo cae del recipiente, el adivino lee el ideograma y, según la pregunta que en él aparece, busca la respuesta en un montón de papeletas que contienen fórmulas adivinatorias oraculares, de expresión vaga y oscura, pero quizás por ello adaptable a las más variadas situaciones. Con este procedimiento, aplicado a uno mismo o los demás, se pueden obtener respuestas a preguntas del tipo "¿qué conviene hacer en este momento?", o, "¿hacia dónde debo dirigir mi "ch´i"?.
En este modo de abordar la pre-cognición del futuro se inspira el Oráculo Chino del cual presento las imágenes en este post.
Respecto a este Oráculo, sus dictámenes pueden aplicarse por igual a situaciones propias y ajenas. El Oráculo Chino jamás dará una respuesta simple, sino que la modulará buscando sus raíces en el pasado y en su proyección en el futuro.


 
 




Fuente del Post: recopilaciones de material propio:
* Cartas de Adivinación (Ed. Aguilar)
*Cubierta de Cartas "Oracolo Cinese" (Lo Scarabeo 2002)

2 ► COMENTARIOS ♠:

Muy interesante este oráculo, no lo conocía sólo el I Ching...

5 de julio de 2013, 12:00  

Hola Alejandra, Binevenida al sitio!!. Me alegra que te haya gustado el Oráculo. Si! el tema cubiertas no deja de sorprendernos, es increíble todas las que hay en existencia y se siguen creando, ya sean cartas oraculares o Tarots, inspiradas en diferentes temáticas. Todo un mundo para descubrir!. Abrazos!.

5 de julio de 2013, 23:23  

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